¡El lunes llegan los Reyes! ¿Cuántos chicos escucharán estas palabras el fin de semana? ¿Cuántos de ellos se las dirán unos a otros? La expectativa es grande y las ilusiones, muchas.

Para que después de abrir los paquetes la del lunes sea una fiesta completa, te proponemos que te animes a preparar para el desayuno (aunque también, ¿por qué no?, para la merienda) alguna versión de la famosa rosca de reyes. Y, de paso, te contamos cómo hacer unas galletitas que podrás hacer con los chicos (y entretenerlos, de paso, que ya no hay escuela), para que se las dejen a los Reyes... porque no es cuestión de alimentar solamente a los camellos, ¿no te parece?

Tradición
La costumbre de preparar la rosca de Reyes nos llegó en barcos, como casi todo de lo que vino de España. Suele decirse que, por su forma, semeja una corona, y que las frutas de colores que suelen usarse para la decoración simbolizan las joyas.

Pero todo indica que sus orígenes son muy antiguos, se remontan al Imperio Romano y se relacionan con las saturnales. Estas eran fiestas dedicadas al dios Saturno, en las que el pueblo romano celebraba que los días empezaban a alargarse tras el solsticio de invierno. Para estos festejos se elaboraban unas tortas redondas con higos, dátiles y miel, y se repartían por igual entre ciudadanos y esclavos.

Versión sin levadura
Mezclar 240 g de harina, 3 cucharaditas de polvo de hornear, una pizca de sal y 110 g de azúcar. Añadir 40 g de manteca blanda. Batir 1 huevo y mezclarlo con 5 cucharadas de leche, 2 de agua de azahar y la ralladura de la cáscara de un limón. Añadir a la preparación anterior, y amasar un poco (se puede incorporar frutas abrillantadas o secas). Colocar en un molde de rosca previamente enmantecado. Llenar con crema pastelera una manga de repostería y realizar adornos sobre la rosca. Llevar a horno muy caliente hasta que se dore (unos 15 minutos) y luego reducir la temperatura hasta que termine la cocción (otros 15).

La rosca clásica, pero rellena
Mezclar 3 huevos, un poco de esencia de vainilla y agua hasta completar 300 cc de líquido (guiarse con la jarrita medidora). Aparte, fermentar 50 g de levadura de cerveza con 50 de azúcar, 50 de harina y 50 cc de agua tibia. Colocar en la procesadora 550 g de harina y 150 g de azúcar con ambas mezclas y trabajar todo hasta obtener una masa pastosa. Volcarla sobre un lecho de harina y trabajarla con las manos (es normal que se pegue). Darle forma de bollo y dejar levar.

Enharinar bien la mesa, colocar sobre ella la masa -es muy tierna, y así debe quedar- y aplastarla con las manos dándole forma rectangular, untar la superficie con manteca, levantar los extremos hacia el centro y arrollar. Dejar en la heladera dos horas. Retirar, aplanar de nuevo con las manos, cubrir con crema pastelera, dulce de arándanos o crema de chocolate, arrollar y poner en molde con tubo central, enmantecado y enharinado. Decorar con crema pastelera y frutas abrillantadas (o cerezas), o con trocitos de manteca, azúcar, canela y láminas de almendras... lo que más te guste. Dejar levar de nuevo y hornear a 150 grados unos 45 minutos

Galletitas para dejarles a los Reyes
Fáciles de preparar y coloridas, ideales para acompañar las roscas

Batir 400 g de manteca blanda con 200 g de azúcar impalpable. Cuando la mezcla esté bien cremosa, añadir -uno por uno- dos huevos, la ralladura de la cáscara de dos limones y el jugo de uno de ellos. Otra posibilidad es reemplazar la ralladura de limón por coco rallado y el jugo, por leche. Cuando todo esté bien integrado, agregar 700 g de harina leudante. Amasar bien y dejar descansar en la heladera unas dos horas. Dejar luego unos minutos a temperatura ambiente para que recupere la flexibilidad y estirarla hasta que alcance unos 6 mm de espesor. Forrar una asadera con papel de aluminio, cortar las galletas con forma de coronita y colocarlas sobre la asadera. Meter las galletas en el horno precalentado a 170º unos 12 minutos. Cuando estén listas, pegar con un poquito de dulce de leche un confite de color en cada punta.